11/8/09

La presencia de Dios se realiza en nosotros


Mucha gente especialmente la que se considera culta, posee un caudal de conocimientos que no logra cambiar ni mejorar su vida.

Si pudiésemos tomar conciencia plenamente de la presencia de Dios, un cambio radical y dramático se obraría en nuestro carácter en un abrir y cerrar de ojos, transformando nuestro modo de pensar, nuestros hábitos nuestra vida eterna.
La palabra “oración” incluye toda forma de comunión con Dios, así como todo esfuerzo encaminado a ese fin, ya sea vocal o puramente mental. La oración puede ser también afirmación o invocación.
Cuando la oración es eficaz, la presencia de Dios se realiza en nosotros, que es el secreto de nuestra curación y la curación de otros también; así mismo obtenemos aquella inspiración que es la vida del alma y la causa de nuestro desarrollo espiritual, pero para que esta presencia de Dios se aun hecho en nosotros, y nuestras oraciones sean eficaces, es preciso que alcancemos cierto grado de verdadera paz mental. Esta paz interior ha sido llamada por los místicos serenidad y ellos no se cansan jamás de repetirnos que la serenidad es el gran vehículo de la presencia de Dios.


Cuanto mayores son nuestros problemas, menor es la serenidad de que podemos disponer, y la serenidad misma sólo se obtiene por la oración y la acción de perdonar a los demás y a uno mismo. Pero hemos de tener la serenidad para avanzar en el reino del espíritu, aquella tranquilidad del alma a la cual se refiere Jesús con la palabra Paz.

Hay una ley cósmica: Nadie puede negar permanentemente su propia naturaleza.
Esta se aplica a toda nuestra vida.
Los resultados que obtenemos de todas las acciones que realizamos es lo que importa ya sean profesionales o no estos resultados son la naturaleza con que nosotros construimos paso a paso nuestro destino, siempre será así, nadie es el culpable de tus éxitos o fracasos.
Lo importante es que nos demos cuenta que nosotros somos nuestra propia causa, muchos siguen y siguen por la misma senda y no se detienen, ni cuenta se dan del camino que van construyendo ya sea bueno o malo solo hay algo que los hará cambiar, sus resultados. Su propia naturaleza tarde que temprano les demandara con creses lo que ellos construyeron.
(JPL)


Si comprendemos y aceptamos lo que Jesús enseña; si nos esforzamos por realizarlo en cada fase de nuestra vida diaria; si tratamos sistemáticamente de destruir en nosotros mismos todo aquello que sabemos no debería estar ahí, es decir, el amor propio, el recelo, la 1*conmiseración de nosotros mismos, incluyendo también aquí el resentimiento, la condenación ,
Etcétera; sino alimentamos estos defectos cediendo a ellos, sino que los dejamos morir negándonos a que tomen expresión; si cultivamos con toda lealtad un recto pensar hacia todas las personas o cosas a nuestro alcance, y especialmente a las personas que no nos simpatizan y a las cosas que no nos gustan, y si verdaderamente vivimos esta vida recta, las circunstancias que nos rodean actualmente carecen de toda importancia.
(EMMFOX) 1. Compasión que se tiene del mal de alguien.

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