11/8/09

“Bienaventurados los que lloran porque ellos serán consolados”

La desgracias y la aflicción no son, en si buenas, siendo la voluntad de Dios que cada criatura conozca la alegría y alcance una vida de gozoso éxito. “He venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia.” Sin embargo, el dolor y el sufrimiento son a menudo extremadamente útiles, porque mucha gente no se tomará la molestia de buscar la verdad hasta que la adversidad o el fracaso lo fuerce a hacerlo.
Entonces el dolor se convierte en algo relativamente bueno. Tarde a temprano, cada ser humano tendrá que descubrir la verdad que es en Dios, y verificar por sí misma su propio contacto con Él. Tendrá que alcanzar aquella comprensión de la verdad que le liberará para siempre de las limitaciones de nuestro mundo tridimensional y sus contaminantes –el pecado, la enfermedad y la muerte­-. Pero la mayoría no emprenderán la búsqueda de Dios de todo corazón a menos que los obligue a ello algún tipo de contrariedad. Lo cierto es que no es necesario que el hombre sufra desgracias, porque si antes buscase a Dios las desgracias nunca vendrían. Siempre es posible elegir entre aprender por medio del desarrollo Espiritual o mediante las dolorosas experiencias, y si alguien escoge este último procedimiento, nadie sino él tiene la culpa.

2 comentarios:

  1. No estoy de acuerdo con tu comentarios, me estas diciendo que si soy alguien que desde pequeño desarrollo mi crecimiento Espiritual, el sufrimiento no llegará a mi vida??

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  2. El sufrimiento es inevitable pero la ayuda para sobrellevarlo es más ligera tan ligera que aveces ni cuenta nos damos de que tan rápido
    superamos las cosas.

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